Seguridad de los datos: Amenazas y riesgos para los bancos de América Latina
Si observamos el escenario latinoamericano, podemos ver que el uso de los servicios bancarios digitales ha seguido el ritmo de la vertiginosa evolución de la tecnología que impulsa el sector, pero hay un punto que no puede quedar fuera de la conversación: la percepción de la seguridad resulta ser una preocupación persistente para los usuarios - y, en consecuencia, para los líderes y gerentes de negocios.
Según Kaspersky, sólo el 25% de los latinos-americanos se sienten seguros al utilizar plataformas financieras en línea, una posición que, aunque sigue siendo relativamente alta en comparación con otros países de la región, encuentra a Argentina por delante con un 20% de confianza.
Esta preocupación no es infundada: el importante número de ciberataques y filtraciones de datos en las entidades financieras, sumado al contexto normativo y a la vulnerabilidad económica, ponen de manifiesto la complejidad del escenario.
Ante estas alarmantes cifras, es imperativo que los bancos adopten prácticas de seguridad sólidas, sobre todo teniendo en cuenta el polifacético entorno normativo (que incluye normas como LGPD, SOX, PCI y otras).
Principales amenazas para la seguridad de los bancos en América Latina
Entre 2023 y 2024, América Latina fue atacada por 1.157.110.256 malwares, lo que representa un aumento del 3,2% en comparación con el mismo período del año pasado. Traducido a términos prácticos, eso supone 3.170.165 ataques al día o 36,6 por segundo.
En el contexto regional, los bancos se enfrentan a multitud de amenazas específicas, que van desde el fraude financiero a los ciberataques a gran escala. Entre los retos más acuciantes se encuentran:
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Fraude financiero:
las instituciones bancarias latinoamericanas son blanco constante de estafadores que aprovechan las lagunas de los sistemas de seguridad para realizar transacciones fraudulentas y malversar fondos. Esta amenaza se ve agravada por la constante adaptación de los métodos de ataque, que se han vuelto cada vez más sofisticados; -
Ransomware:
el uso de ransomware ha crecido significativamente, afectando a las operaciones de los bancos y, en algunos casos, provocando cierres temporales que generan pérdidas financieras y debilitan la confianza de los clientes; -
Phishing:
los ataques de phishing, que se basan en manipular psicológicamente a los usuarios para que faciliten información sensible, siguen siendo uno de los métodos favoritos de los ciberdelincuentes. Estos ataques suelen ser el primer paso para llevar a cabo estafas más elaboradas que pueden dirigirse a usuarios desprevenidos e incluso a equipos internos; -
Ataques de denegación de servicio (DDoS):
estos ataques pretenden sobrecargar los sistemas de los bancos para provocar interrupciones y dificultar el acceso de los clientes a los servicios. Las entidades latinoamericanas en particular han sido objetivos frecuentes, dado su historial de inversiones iniciales menos sólidas en infraestructura informática.
En comparación, otras regiones, con inversiones más sólidas y estrategias de seguridad más maduras, presentan índices de ataques más bajos. Sin embargo, los bancos de América Latina siguen estando en una posición vulnerable, debido no sólo a la diversidad de amenazas, sino también a la combinación de factores económicos y regulatorios que influyen en la resiliencia de las organizaciones.
Retos para los equipos de seguridad de los bancos
El dinámico escenario de la región obliga a los profesionales responsables de los sistemas y entornos financieros a vigilar constantemente los posibles riesgos y problemas a los que están expuestos.
Estos retos no se limitan a cuestiones técnicas o presupuestarias, sino que abarcan desde la gestión del talento especializado hasta la integración de sistemas y la creación de una cultura organizativa resistente. Entre los aspectos más acuciantes figuran:
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Limitaciones en recursos y experiencia
Muchas instituciones se enfrentan a la dificultad de mantener equipos especializados y actualizados ante la rápida evolución de las ciberamenazas. La escasez de profesionales cualificados y la necesidad de formación continua son obstáculos importantes para implantar defensas eficaces.
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Falta de integración entre las capas de seguridad
La existencia de silos organizativos impide la construcción de un entorno de seguridad unificado. Sin integración entre distintos niveles y tecnologías, como cortafuegos, sistemas de detección de intrusos y herramientas de supervisión, resulta costoso identificar y neutralizar las amenazas con eficacia.
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Ausencia de cultura de seguridad
Por otra parte, la aplicación de prácticas de seguridad no depende exclusivamente del sector informático; es esencial que todos los empleados, en todos los niveles jerárquicos, adopten una actitud proactiva. La negligencia a la hora de promover una formación regular y la falta de concienciación amplifican las vulnerabilidades de las instituciones.
Estos obstáculos ponen de manifiesto la necesidad de soluciones que vayan más allá de la simple inversión en tecnologías de vanguardia. En su lugar, es esencial adoptar un enfoque holístico, en el que la estrategia de seguridad se plantee de forma integrada, con procesos que anticipen la evolución constante de las amenazas y fomenten la colaboración multidisciplinar.
Soluciones y estrategias para reforzar la seguridad bancaria
La respuesta a estos retos reside en la integración de tecnologías emergentes y prácticas avanzadas de gestión de la seguridad. Algunas de las soluciones que pueden aplicarse son:
Utilización de Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning
Las tecnologías que ofrecen capacidades de análisis predictivo pueden identificar patrones anómalos y detectar amenazas de forma proactiva. La inteligencia artificial, cuando se combina con el aprendizaje automático, se convierte en una potente herramienta para filtrar grandes volúmenes de datos y poner de relieve comportamientos sospechosos en tiempo real.
Implantación de un SOC 24/7 y automatización
La creación de centros de operaciones de seguridad (SOC) que trabajan continuamente permite detectar rápidamente los incidentes y responder con eficacia. En este contexto, la automatización de procesos es esencial para gestionar el enorme volumen de información y reducir el tiempo de reacción de los equipos de seguridad.
Adopción de arquitecturas Zero Trust
Al rechazar la confianza implícita en cualquier acceso, las arquitecturas Zero Trust promueven una verificación rigurosa en cada intento de conexión. Este enfoque minimiza los riesgos asociados con accesos indebidos e infiltraciones maliciosas en redes corporativas.
Protección de Capa 7 y SSE (Secure Service Edge)
La protección de capa 7, que actúa directamente sobre la capa de aplicación, y las soluciones basadas en SSE son fundamentales para mitigar los ataques dirigidos contra servicios esenciales. Estos mecanismos aumentan la protección, lo que permite a los bancos adaptarse rápidamente a las nuevas amenazas y garantizar la integridad de los datos de los clientes.
Tendencias futuras y cómo pueden prepararse los bancos
El futuro de la ciberseguridad en el sector bancario promete importantes transformaciones, impulsadas por la evolución tecnológica y la creciente interconexión entre los sistemas financieros.
La creación de redes privadas para compartir información sobre amenazas puede promover una defensa colectiva más sólida. Trabajando en colaboración, los bancos no sólo refuerzan sus propias defensas, sino que también contribuyen a la seguridad regional de forma integrada.
A su vez, la IA se ha incorporado a la defensa contra los ciberataques para aumentar el nivel de detección y respuesta, ya que los delincuentes también utilizan estas tecnologías para mejorar sus tácticas. Por lo tanto, es esencial que las instituciones inviertan continuamente en investigación y actualizaciones para prepararse ante amenazas cada vez más sofisticadas.
Las normativas y políticas de seguridad deben revisarse y adaptarse continuamente para mantenerse al día con la evolución del entorno digital. Ser proactivo en la actualización de estos marcos será decisivo para minimizar los riesgos y mantener la confianza de los clientes.
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Con una visión de primera mano de todo el panorama de seguridad al que se enfrentan las instituciones financieras en América Latina, NEC presenta un enfoque que combina la consultoría estratégica con soluciones tecnológicas avanzadas. Entendiendo que cada organización tiene demandas específicas, la compañía adopta una visión adaptativa, tratando la seguridad como un proceso continuo y evolutivo, en lugar de una implementación estática.
La cartera de seguridad de NEC incluye tecnologías como la identificación digital y soluciones avanzadas de ciberseguridad, diseñadas para responder a escenarios variados y desafiantes. Sus expertos trabajan para identificar las necesidades de cada institución, proponiendo estrategias técnicas que favorezcan la continuidad operativa y la protección de datos de forma integrada.
En entornos muy complejos, como las operaciones bancarias críticas, NEC implementa y gestiona procesos sólidos, garantizando que los servicios esenciales, como el SOC 24/7, funcionen de forma fiable. Este modelo de monitoreo continuo permite respuestas rápidas y efectivas a incidentes, mitigando impactos y fortaleciendo la resiliencia de las organizaciones ante las crecientes amenazas.
Una de las principales lecciones del panorama actual del sector bancario latinoamericano es la demanda latente de un enfoque multidisciplinar e integrado. La complejidad del entorno regulatorio, combinada con la creciente sofisticación de los ciberataques, refuerza la necesidad de contar con equipos especializados y una cultura de seguridad arraigada en todos los niveles de las organizaciones.
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