Alumbrado público inteligente: cómo las ciudades pueden ahorrar hasta un 70% de energía
La integración de tecnologías inteligentes está cobrando impulso en las ciudades latinoamericanas, que se enfrentan al reto y la oportunidad de modernizar las infraestructuras urbanas y promover una gestión pública más eficiente y transparente. Sin embargo, los gestores se enfrentan a dificultades a la hora de planificar políticas que tengan en cuenta estos aspectos, y la mera implantación de tecnología no suele bastar para resolver los problemas estructurales y operativos de muchos años.
Ante este escenario, es esencial crear un ecosistema fluido y conectado, en el que cada elemento interactúe armónicamente con los demás. Esto se consigue con el alumbrado público inteligente, una solución que, según Elias Reis, gerente regional de NEC en Brasil, es un componente estratégico para orquestar e integrar soluciones en las ciudades.
"Al integrar las ciudades en una sinfonía de innovación y colaboración, estamos orquestando un futuro más brillante. Nuestra visión de 360º trasciende la tecnología, uniendo propósito, inteligencia y sostenibilidad para transformar las ciudades en organismos vivos de progreso. En ellas, cada conexión ilumina el camino hacia un mundo más sostenible, inteligente e inspirador para todos."
Así que si quiere entender cómo el alumbrado público inteligente puede transformar significativamente el consumo energético urbano, sigue leyendo.
Alumbrado público inteligente: reducir costes y aumentar la seguridad
El alumbrado público va mucho más allá de un recurso básico para iluminar las calles: las lámparas, cuando están equipadas con tecnología moderna, se convierten en elementos esenciales para la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. En zonas bien iluminadas, la incidencia de robos y atentados disminuye, contribuyendo a un entorno urbano más seguro.
Cifras recientes muestran que América Latina cuenta con más de 22 millones de puntos de luz instalados en parques municipales, que consumen aproximadamente el 4,3% de la electricidad total del país y representan entre el 3% y el 5% del presupuesto municipal, lo que demuestra la importancia de repensar la gestión de estos recursos.
Comprende los principales puntos que muestran cómo la optimización de la iluminación ayuda a las ciudades a alcanzar una nueva etapa de innovación.
1. I Identificación y resolución de averías
Con la supervisión a distancia, por ejemplo, es posible identificar fallos a tiempo y realizar el mantenimiento antes de que los pequeños problemas se conviertan en grandes inconvenientes. El mantenimiento predictivo analiza los patrones de funcionamiento, lo que reduce los costes y mitiga los riesgos operativos.
2. Eficiencia energética y sostenibilidad
La eficiencia energética adquiere otro cariz con la iluminación inteligente. Los sensores evalúan las condiciones del entorno -como el flujo de personas y vehículos, la hora del día y las condiciones meteorológicas- y ajustan la intensidad de la luz en función de la demanda real. Esta dinámica reduce el consumo de energía y contribuye a disminuir la huella de carbono de la ciudad.
3. Seguridad pública
Por otro lado, las zonas de mayor riesgo reciben una iluminación reforzada, lo que ayuda a prevenir la delincuencia. La integración con cámaras y otros sensores también puede complementar el sistema para transformar el alumbrado público en una completa herramienta de vigilancia y seguridad.
4. Optimización de costes
Además, con la reducción del mantenimiento correctivo e incluso este último cada vez menos frecuente, los gestores pueden tener una mejor visión de toda la planificación de las inversiones en infraestructuras e incluso crear previsiones en función del historial.
5. Integración con otras tecnologías urbanas
Por último, cabe destacar que las ciudades tienen la posibilidad de integrar otros dispositivos de ciudad inteligente, como sensores que controlan la calidad del aire, el flujo de tránsito e incluso la temperatura ambiente. De este modo, las lámparas dejan de ser elementos aislados y pasan a formar parte de una red de datos integrada, que sirve de base para tomar decisiones asertivas.
En resumen, un proyecto de modernización del alumbrado público va más allá de la simple regulación. Los gestores públicos son capaces de transformar la infraestructura urbana en un activo estratégico para la ciudad, añadiendo valor a la seguridad, la sostenibilidad y la gestión presupuestaria.
Postes inteligentes en Inglaterra: IoT, sensores y conectividad centralizada en la práctica
La experiencia internacional ya ha demostrado que la tecnología puede convertir las luminarias públicas en puntos de información y control.
Como ejemplo de éxito, NEC colaboró con la Universidad de Bristol para acelerar el proyecto de ciudad inteligente en 2016. Algunas de las soluciones desarrolladas incluyen un sistema de telegestión de luminarias que demostró la eficiencia de las soluciones inteligentes de alumbrado público. En este proyecto, las lámparas ajustan la intensidad de la luz en función de la presencia de personas y vehículos, lo que contribuye a ahorrar hasta un 70% en el consumo de energía.
Además del control del alumbrado, los sensores instalados en la iluminación pública supervisan la calidad del aire, los niveles de agua y la gestión de residuos, que a su vez alimentan una plataforma única que centraliza la información y facilita el análisis y la toma de decisiones.
Con 2.400 postes conectados a través de una banda de radiofrecuencia, el proyecto ha creado una red capaz de soportar un gran número de sensores distribuidos por toda la ciudad, lo que, gracias a la conectividad centralizada, permite resolver problemas clásicos como la congestión del tráfico, el aparcamiento ineficiente e incluso los problemas de comunicación de los servicios de emergencia.
Este enfoque convierte a las lámparas en fuentes de datos muy valiosas, ya que proporcionan información útil para ayuntamientos y gestores públicos, que puede analizarse de forma asertiva y utilizarse como base para la toma de decisiones. En este caso, tecnologías como IoT, inteligencia artificial y sensores trabajan juntas para cartografiar zonas críticas y optimizar recursos, demostrando cómo la integración de sistemas puede aportar beneficios concretos a la gestión urbana.
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Acelerar la transformación de las ciudades con NEC
NEC cuenta con una sólida experiencia en la implementación de soluciones integradas para ciudades inteligentes. A lo largo de los años, la compañía ha participado en proyectos en diferentes continentes, siempre con un enfoque en la integración de tecnologías que mejoran la infraestructura y la calidad de vida de los ciudadanos.
Ejemplos como Barcelona, Tokio, Tigre en Argentina y Padre Hurtado en Chile ilustran nuestra capacidad para transformar escenarios de grandes ciudades en oportunidades de desarrollo continuo, porque creemos que una ciudad se convierte en un organismo vivo cuando todos sus elementos están conectados y colaboran entre sí.
Tanto si se trata de una gran metrópolis como de un municipio más pequeño, somos plenamente conscientes de que las ciudades se enfrentan a retos similares, que pueden superarse con un planteamiento inteligente e integrado. Por eso hemos estado educando al mercado sobre las posibilidades que pueden ofrecer las tecnologías de orquestación.
La era de la ciudad 360º ya ha comenzado y NEC está a la vanguardia de esta transformación. La integración de las infraestructuras urbanas a través de soluciones inteligentes, como el alumbrado público conectado, representa un paso decisivo hacia la modernización y mejora de la gestión de las ciudades.
Uniendo tecnología, sostenibilidad y propósito, somos capaces de convertir los retos en oportunidades, allanando el camino hacia un futuro en el que la innovación y la colaboración definan el progreso de nuestras ciudades.
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